YOGA, ARTE DE VIVIR

Camino de las higienes y el yoga

Introducción higiene Apolo envió a su hijo Asclepio, Dios de la medicina, al educador centauro de Quirón, un educador en el área de las ciencias y la medicina, para instruir a su hijo en el arte de curar. Una vez Asclepio finaliza su vida, sus hijas Higia y Panacea heredan el arte de curar a los enfermos, su nombre se toma de la palabra griega higieinós ‘sano’. Siempre he expresado mi predilección por la acepción «higiene», aunque el término tiene connotaciones de salubridad o aseo, se aplica a los cuidados, prácticas o técnicas utilizados para la conservación y buen funcionamiento de un sistema; se aplica por extensión hacia tantas áreas posibles existan en nuestro entorno de vida; por tanto, se trata de estar en actitud de prestar atención a lo que hacemos, con el fin de dar la máxima calidad. Higiene del sueño, mental, verbal, postural, cultural, higiene de respeto, higiene alimentaria, higiene del orden, hasta higiene pública. Existe una relación de las higienes con el Yoga, así como cualquier conjunto de creencias establecidas en un individuo, llámese filosofía, ética, religión. Quizá la pregunta viene dada, en lo que se refiere al yoga u otra filosofía, y su conexión con las higienes, de la higiene espiritual y la de obrar con el cuerpo y mente, hasta extenderla hacia todas las demás higienes posibles, debido a que esta sabiduría ayuda a fortalecerlas trabajando regularmente, por ello estamos describiendo una escuela de educación en el que cada día debemos estar proyectándonos de forma consciente. Considero el yoga es una forma de higienizar, de corregir lo que se ha degenerado y o volver al origen natural de las cosas, y más concretamente de los hechos, ahora bien, si se le quiere denominar forma personal de ser en lugar de yoga, todo es válido muy por su puesto. El Psico-Yoga es una sub disciplina la cual influye al ser humano de un modo global y holístico, permitiendo una transformación paulatina, incesante y sólida de su realidad tanto íntima como social, da lugar a la resolución de conflictos, proyectándose como terapeuta de uno mismo. El yoga es una manera de entender la vida, y esto se afirma por la posibilidad de trasladarlo a cualquier contexto laboral o social. La práctica de yoga es sabiduría, la cual trans-forma, es decir, que lo hace a través de la forma y más allá de ella, nuestra percepción del mundo y, por tanto, nuestra forma de relacionarnos con y en él, para a su vez ayudarnos a tratar e intimar de forma óptima con las personas; «a través y más allá de la forma, es el acto de modelar nuestra psiquis, como menciono en la plataforma de plasticidad sobre la sección de psicología». El yoga extiende un lenguaje a todos los niveles, físico, corporal, mental, espiritual, social, alimentario, verbal, musical, gestual; se trata de un pensar proactivo, consciente y aplicado, me refiero a la «reflexión aplicada» que dedicamos en el proceder del día a día, de qué manera nos proyectamos en la vida. Hablo de Yoga integral, porque se extiende a todas los escenarios donde nos desarrollamos, todo está conectado, la forma con la que nos comunicamos, el modo con la que pensamos, el sentido con la que nos dirigimos a las personas, la integración es máxima y depende de nuestra inquietud para que la evolución (que siempre se da natural como el envejecimiento mismo y el trascurrir del tiempo), se realice con una finalidad de mejorar. El yoga puede entrar en tu vida para hacerte descubrir que es una terapia constructiva, que hace adaptarte a aquellas circunstancias inamovibles para hacerte más accesible a ella, y mejorar la interacción, soportable, tolerable, que existen realidades que no se pueden cambiar, que somos nosotros los que aprendemos a digerir esa realidad. Ahora nada del exterior ha cambiado, la estructura que genera el problema no se ha ido, pero ahora tú estás preparado/a para que no te haga daño. Es fusión. Surgen circunstancias en la vida cotidiana de ver volar dardos, sean verbales, un gesto interpretado, es en ese momento en el que debes llenarte de fuerza para ser puro espectador. En el momento en que te des cuenta de que la emoción o un pensamiento comienzan a emerger conecta el piloto en pasivo, obsérvalo, simplemente date cuenta de cómo surge ese pensamiento - emoción, y en lugar de reaccionar, que se haga la calma; ahora estás viendo una obra de arte, no te afecta, la contemplas; permanece ahí acompañando lo que sientes, dándote cuenta de que lo que piensas es solo eso, un pensamiento, pero que tú eres algo muy opuesto a lo reactivo, una entidad humana mucho más evolucionado: «alguien que simplemente mira y desde ahí reflexionas sin reaccionar», desde la sabiduría que te permite autocontrol. El psicoyoga, es autoterapia finalmente.

Notas Históricas

Yoga de Patanjali

Aproximadamente en el año 500 a.C. se realiza por parte de Patañjali una gran compilación sobre los conocimientos del momento respecto a la práctica del yoga y sus efectos beneficiosos para el organismo. Toda la información se recoge en una serie de libros titulados Yoga sutras. Estos libros reúnen la base de lo que se conoce como Rāja yoga (Yoga de los reyes), esencialmente describen de forma detallada, mediante una serie de reglas, los procedimientos tradicionales para realizar el yoga, además se muestran los métodos para el trabajo de la espiritualidad que centra esta disciplina. . El yoga llega a Gran Bretaña, debido al periodo de colonización en la India, sobre el siglo XVIII. Los colonos se interesaron en esta práctica realizada por gran parte de la sociedad india, para estudiarla y presentarla como parte de la cultura y tradición de ese país. A finales del siglo XIX se logra introducir gracias a las enseñanzas de un misionero hindú, discípulo del yogui Ramakrishna, fue el encargado de difundir la doctrina del yoga, enseñándola por primera vez a ciudadanos occidentales atraídos por este arte.